EXPOSICIÓN CENTRO SOCIAL UNIVERSITARIO
¿AGUA PARA QUIÉN?
Greenpeace revela la doble realidad del Segura en su exposición "¿Agua para quién?". La muestra va acompañada de una guía que desmonta los mitos que las instituciones utilizan para justificar la mala gestión del agua.
Greenpeace presentó la exposición fotográfica itinerante en el Centro Social Universitario del Campus de Espinardo de la Universidad de Murcia, una muestra de 12 fotografías que recoge diferentes entornos captados el pasado año 2006, donde se reflejan tanto aspectos positivos como negativos de la gestión del agua en la cuenca Segura.
Ocupación de espacios naturales con infraestructuras públicas, especulación urbanística, vertidos tóxicos, tuberías que trafican ilegalmente con caudales públicos y regadíos ilegales son algunas de las instantáneas que se pueden contemplar.
También paisajes de huerta tradicional, bosques de ribera bien conservados o la fuerza del río en su nacimiento que demuestran que la actividad humana es compatible con un desarrollo sostenible. La exposición se complementa con una guía en la que se pone al descubierto la falsedad de los argumentos que las instituciones emplean para justificar la mala gestión del agua en la cuenca y confundir a la opinión pública.
Greenpeace desmonta mitos como que el agua de los ríos se pierde en el mar, que no existen pozos ilegales, que los regadíos frenan la desertificación, que las demás regiones son insolidarias con Murcia o que las desaladoras son la solución al problema.
El pasado mes de marzo Greenpeace denunció en su informe “El negocio del agua en la cuenca del Segura” que la cuenca no es deficitaria y que de seguir con esta mala gestión se producirá una catástrofe humana, económica y ambiental al Segura.
A pesar de las críticas que suscitó el informe, el pasado día 23 de mayo Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, se comprometió a estudiar la red de tuberías que distribuyen ilegalmente agua denunciada en este estudio.
En el informe, la organización ecologista demostró que los principales problemas de la cuenca, además del robo de agua en ríos y acuíferos, son la proliferación de regadíos ilegales y el sector turístico (campos de golf, complejos hoteleros y urbanizaciones).
El uso y abuso de los recursos hídricos ha provocado que varios tramos de ríos (Taibilla, Mula y Segura) y decenas de fuentes y manantiales hayan desaparecido. Todo ello incide en que el Segura sea una de las cuencas con mayor índice de desertificación de la Península Ibérica.
“Existen alternativas para seguir usando y disfrutando del agua, el problema es que tanto el Gobierno murciano como la Confederación tienen que cambiar radicalmente su concepción y política respecto a la gestión del agua. De no hacerlo ya, los efectos negativos sobre la economía, la salud humana y el medio ambiente se agudizarán y se tornarán irresolubles”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
Greenpeace presentó la exposición fotográfica itinerante en el Centro Social Universitario del Campus de Espinardo de la Universidad de Murcia, una muestra de 12 fotografías que recoge diferentes entornos captados el pasado año 2006, donde se reflejan tanto aspectos positivos como negativos de la gestión del agua en la cuenca Segura.
Ocupación de espacios naturales con infraestructuras públicas, especulación urbanística, vertidos tóxicos, tuberías que trafican ilegalmente con caudales públicos y regadíos ilegales son algunas de las instantáneas que se pueden contemplar.
También paisajes de huerta tradicional, bosques de ribera bien conservados o la fuerza del río en su nacimiento que demuestran que la actividad humana es compatible con un desarrollo sostenible. La exposición se complementa con una guía en la que se pone al descubierto la falsedad de los argumentos que las instituciones emplean para justificar la mala gestión del agua en la cuenca y confundir a la opinión pública.
Greenpeace desmonta mitos como que el agua de los ríos se pierde en el mar, que no existen pozos ilegales, que los regadíos frenan la desertificación, que las demás regiones son insolidarias con Murcia o que las desaladoras son la solución al problema.
El pasado mes de marzo Greenpeace denunció en su informe “El negocio del agua en la cuenca del Segura” que la cuenca no es deficitaria y que de seguir con esta mala gestión se producirá una catástrofe humana, económica y ambiental al Segura.
A pesar de las críticas que suscitó el informe, el pasado día 23 de mayo Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, se comprometió a estudiar la red de tuberías que distribuyen ilegalmente agua denunciada en este estudio.
En el informe, la organización ecologista demostró que los principales problemas de la cuenca, además del robo de agua en ríos y acuíferos, son la proliferación de regadíos ilegales y el sector turístico (campos de golf, complejos hoteleros y urbanizaciones).
El uso y abuso de los recursos hídricos ha provocado que varios tramos de ríos (Taibilla, Mula y Segura) y decenas de fuentes y manantiales hayan desaparecido. Todo ello incide en que el Segura sea una de las cuencas con mayor índice de desertificación de la Península Ibérica.
“Existen alternativas para seguir usando y disfrutando del agua, el problema es que tanto el Gobierno murciano como la Confederación tienen que cambiar radicalmente su concepción y política respecto a la gestión del agua. De no hacerlo ya, los efectos negativos sobre la economía, la salud humana y el medio ambiente se agudizarán y se tornarán irresolubles”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
1 comentario:
Es necesario desmontar las falsas creencias sobre el agua, que en esta región los políticos se han encargado de enraizar.Los ciudadanos de Murcia tenemos que estar bien informados para no dejarnos manipular.
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