LA HUERTA MUERE Y TIENE ASESINOS
Hace tiempo que los murcianos dejamos de sorprendernos ante estos titulares. Nuestra querida huerta se acaba. Esa misma huerta que año a año alcaldes, pedáneos y demás farándula consistorial se encargan de ensalzar y vanagloriar en el Bando de la Huerta, ataviados ellos y ellas con sus terciopelos y refajos bordados. Muy devotos ellos y ellas y con lágrimas en los ojos en la solemne misa huertana en honor a la Fuensanta, esa patrona que dicen vigila la huerta desde su Santuario. ¿Qué sentimiento tan bello hace aflorar en esta gente esas lágrimas? Terminado el desfile de cabricas, cerdicos, morcillicas y habicas tiernas, llegada a su fin la semana de rezumar “murcianidad” por los cuatro costados, y de llenársele a esta gente el pecho de orgullo al mirar las barracas y escuchar Parrandas … ¿Dónde quedan esos sentimientos y esos amores huertanos cuando esta ficticia semana toca a su fin? ¿Qué es lo que ocurre después para que a esta gente no le tiemble el pulso ni se les descomponga el gesto a la hora de firmar una y otra vez sentencias de muerte contra esa misma huerta por la que han llorado antes? ¿Acaso lloraban estos gobernantes porque saben que son ellos mismos los que se están cargando esta joya milenaria? ¿Son lágrimas de puro sentimiento murciano, o lágrimas hipócritas derramadas al saber que lo que están haciendo no tiene perdón ni vuelta atrás? De seguir esto así, en breve empezaremos a celebrar ya el Bando de la MUERTA y a nuestra patrona, la Morenica, se la verá pulular por el SEF (Servicio Regional de Empleo y Formación), pues ya no tendrá huerta que vigilar. Es de esperar que a los asesinos de la huerta tampoco les importe cambiarla por Nuestra Señora del Ladrillo del 8.
Para curarse en salud y redimir sus pecados, estos amantes de la huerta han elaborado unas guías didácticas para que los zagalicos y zagalicas de la escuela puedan saber lo que fue la seña de identidad de su tierra durante más de un milenio.
Desde Murcia Viva creemos y apostamos por otro modelo para nuestra ciudad, nuestras pedanías y nuestra huerta. Creemos que es perfectamente compatible el desarrollo del municipio con la conservación de zonas de huerta. ¡Qué bonito sería pasear y pedalear por un municipio salpicado aquí y allá de estas zonas protegidas, a modo de jardín-huerta, recintos que pudieran ser visitados por turistas y residentes! Eso sí que nos llenaría el corazón de orgullo. La huerta es nuestra máxima seña de identidad. La huerta ha sido nuestra forma de vida durante siglos. Esto forja el carácter de todo un pueblo, hoy convertido en urbe. Dxesde el Ayuntamiento se nos ofrecen enormes jardines japoneses (Toyo Ito). ¿Por qué no hacer jardines huertanos, con olor a azahar de naranjos y limoneros, acequias y norias?
Comentarios, por favor, nuestra huerta necesita de la ayuda de tod@s.
Comentarios, por favor, nuestra huerta necesita de la ayuda de tod@s.
1 comentario:
Es lo que tiene el capítalismo cuando algo deja de ser rentable.
Los naranjos y limoneros, muchos huertos estan ahi dejandose secar.
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